¿Tienes miedo de que?

Al salir sola por las carreteras con Safira, (mi pequeña van), la pregunta que más escucho es: ¿No tienes miedo?
Una de las cosas que aprendí es intentar diferenciar el miedo irreal del miedo real. ¿Que es eso?
Fue en un libro sobre entrenamiento de escalada que descubrí la diferencia entre el miedo real e irreal. Miedo real es cuando nos encontramos en una situación de peligro verdadero. El miedo irreal es el que tenemos, por ejemplo, de caer durante una escalada incluso sabiendo que nada sucederá pues estamos atados a una cuerda de seguridad.
La escalada es la pasión que mueve mi vida, a través de ella aprendí a alterar mi comportamiento no sólo en el deporte, sino principalmente en los otros sectores como, relaciones, trabajo, espiritualidad … Recientemente me vi haciendo uso de ese aprendizaje.
De paso por el sur de Argentina, descubrí que existía cerca una ciudad fantasma. Me quedé fascinada por la idea de fotografiarla y allí fui determinada a hacer bellas fotos, especialmente nocturnas.
Llegué a las 4 de la tarde. La muchacha de la entrada dijo que unos alborotadores estaban invadiendo la ciudad la noche y las visitas nocturnas necesitaban autorización, autorización que yo no tenía. Al ver mi cara de frustración ella dijo: Usted puede quedarse hasta unas 8 o 9 horas, después de eso debe haber patrullaje. Si alguien pregunte muestra el boleto de entrada.
Me puse un vestido blanco que encontré que me quedaría interesante en las fotos y empecé a deambular por la ciudad.
Había pocas personas, y cuando el sol se colocó en el horizonte, las pocas que quedaban se fueron, así como la muchacha de la entrada.
Me quedé sola. Sólo yo y ruinas por todas partes.
La noche vino con una hermosa luna, casi llena, que teñía de plata las ruinas. Todo lo que necesitaba para mis fotos.
Junto con la luna vinieron los ruidos de animales nocturnos: búhos, aullidos, la sinfonía completa de las películas de terror. Miré a las ruinas pensando: Esa debe ser la hora que los zombis empiezan a salir de esas casas descompuestas.
El miedo? No, yo sabía que los zombis no vendrían posar para mis fotos, (lo que sería perfecto)! Malestar, si. Es muy estaño estar sola la noche en una ciudad fantasma.
Creo que la gente asiste a la película de terror, por el mismo motivo que yo escalo, que algunos corren de motos … para salir de la zona de confort. Porque salir de la zona de confort da placer. El miedo, así como el dolor, son capaces de generar placer, pero no son esas las sensaciones que busco para traer placer. Por el contrario, todo lo que busco en la escalada es dominar el miedo.
Bueno, incluso no siendo fan de películas de terror, allí estaba dentro de un escenario perfecto para una película.
Saqué el cronometro e hice una foto con un minuto de exposición.
Sonidos de búhos … aullidos. Un largo minuto rodeada de ruinas y muchos, muchos animales ruidosos.
Un minuto fue poco, la foto se oscureció.
He analizado la imagen e imaginé que con tres minutos podría empezar a tener algún resultado. Respire profundamente y apreté el botón.
Nuevos ruidos. Motos, algunas motos muy ruidosas y gritos eufóricos.
Un minuto después estacionaron en la entrada de la ciudad fantasma. Tres cuadras de ruinas y dos minutos que falta para mi foto me separaban de los «alborotadores». Era la única salida.
Un minuto eterno más para mi foto. Nadie entró en la ciudad.
¡Tres minutos! Listo! No vi el resultado de la foto, tiré la mochila en la espalda, cogí la cámara por el trípode y me dirigí a la entrada. Yo no tenía cómo esconderme de ellos, mi coche estaba fuera, ellos sabían que había gente en la ciudad.
Pasé por el grupo. Ellos dijeron «Hola», le respondí «hola» y me fui al auto en una marcha rápida. No sé si estaban dispuestos a hacer algún mal, pero eran muchos, y yo, una mujer sola.
Cuando enganché la marcha ellos cogieron las motos y pasaron una tras otra por la puerta de peatón. Esperaba mi salida para entrar y comenzar su «fiesta».
Me alegro de haber dominado el miedo irreal de la «ciudad fantasma» y actuar a la hora de una posibilidad de riesgo real. Yo estaba aprendiendo a controlar mis emociones.
En cuanto a los motociclistas, ¿qué buscaban en la ciudad? Miedo, adrenalina, aventura?
No sé, pero posiblemente ver a una mujer de vestido blanco salir del medio de las ruinas puede haber sido el éxtasis de la noche!